sexta-feira, 9 de abril de 2010

Él...


¿Qué posee él de especial?
Con sinceridad no sé explicarlo.

Quizá sea su pelo desordenado y que solo mis manos saben el modo correcto de peinarlo
O será su mirada sin pretensiones, capaz de tocarme el alma...
Tal vez sea su sonrisa sencilla en su boca pequeña que a cada beso llévame al paraíso en segundos...
Pero creo que son sus brazos fuertes que tienen la manera correcta de enredar mi cintura… Un modo único.
¿Será su increíble capacidad de alegrarme o de enojarme con la misma rapidez?
Ojalá fuera su barba, que deja un rastro de fuego y encanto al rozar en mi piel, en búsqueda de caminos nunca antes trazados…
La única certidumbre es que no despertaré con sus brazos enlazándome, con su voz a decirme tonterías; no va a llamarme ‘mía’...
Siempre creí en la suerte, en algo mayor que gobierna nuestras vidas, pero después de tenerte en mi vida y perderte así,
lo más difícil no es creer en mi destino, sino aceptarlo...